Pasa una semana y la ropa sigue sucia, la montaña de exámenes crece y te llama tu tutora y sin preguntarte, te cita para que le lleves los avances de la investigación ¿Avances? Avance, avance… que atrás hay puesto, que llegas tarde, que así sea guindando te vas en esta camioneta porque ya es ya y no es más tarde, ni mañana así que otra vez no duermes, y avanzas y no puedes distraerte pero todo te distrae, ves los exámenes y te los imaginas ardiendo, y ¡ay! ¿cómo que se quemaron? ¿qué tú misma le metiste cándela? Cándela… Masajes, mensajes, plata todo es plata pero sin masajes hay más dolor y dolor no te deja pensar, no te deja seguir, si te tomas otro analgésico te vuelves a quedar dormida y te jodiste y la tutora y el jefe y el otro jefe y el chofer del autobús y la profe y la otra profe y la amiga que piensa que su vida apesta y la tuya que es bella pero sería más hermosa si pudieras pasarte un día o dos armando un rompecabeza que te espera desde el 2010 en casa en pijama, pijama, la ropa sucia, el mercado, el mercado salió casi al doble…
Y ahora mismo
el dolor no quiere dormir pero tampoco quiere trabajar ni estudiar, es como un hijo con
fiebre o con simples ganas de tiempo de calidad, tiempo… tiempo y espacio son
irreales dice el texto del examen que acabo de corregir… este
día a día es entonces es irreal así de irreal como el espacio que ocupa este post.