Y es aquí donde publicaré lo que se me ocurra escribir...

domingo, 20 de enero de 2013

Que los cumplas feliz

Creo que cumplir 29 años en América Latina te lanza sin darte cuenta a un saco sin fondo hecho de un yute que raspa y pica, algo así como en una wishlist sin fondo… Todo este tema de los deseos y los propósitos del 2013, al que le huyo genéticamente desde siempre, esta vez me ha lanzado mensajes subliminales que me han llevado a hacer cosas como comprar una carpeta nueva para mis documentos legales y así hoy me puse a ordenarlos. Me encontré documentos que no son más que recuerdos y recuerdos que no son más que documentos legales. Y pensé que para ser una aburrida de oficio y convicción me lleno de intereses y expectativas que dan comezón.

Ahora resulta que mis expectativas empiezan a atropellarse, quieren meterse al vagón del metro de Plaza Venezuela a las 5 de la tarde: el 2013. No les importa mezclarse, ni llenarse del sudor ajeno de otros deseos. Los más antiguos y los recién llegados quieren sentarse como sea y se golpean; otros deseos sienten deseo por los recién llegados y evitando ser vistos disfrutan cada roce, empujan y sienten que estando más cerquita es mejor... Los deseos altaneros y despreocupados se ríen a carcajadas del despelote seguros de que nadie los hará salir. No faltan los deseos más esnob que no se mueven ni sonríen, están a punto de salirse del vagón lleno ya de marginales deseos, de deseos viejos venidos a menos y de recién llegados mal vestidos y apurados.  Los deseos ejecutivos no paran de ver el reloj, creen que llegarán tarde, ven con indignación a los deseos nerd que leen como si no existiera ningún otro deseo… 


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