La noticia nos llegó un tanto tarde y en mal momento. Mi
mente, mi cuerpo, todo estaba centrado en mi hermana. No me importaba otra
cosa, realmente, no me importaba ni comer, ni dormir, ni hacer el esfuerzo que
fuere. Fueron días borrosos y terribles. Pasados muchos días de esos fui al
médico por un dolor, sin la más mínima sospecha de que estaba haciéndole daño al
mejor regalo que Dios me había mandado y que como mucho de lo que hace Dios se
mantenía en secreto. Tal vez esta bebé ha sido enviada por Dios para volver los
malos momentos en momentos hermosos.
Lo siguiente fue guardar reposo, asustada muy asustada, y
con la cabeza donde estaban mi mamá y hermanos. Pasado ese primer riesgo…
Vomitar, vomitar, vomitar… No tolerar nada… ¡Pun!
Emergencias, medicinas, más reposo…
Vomitar, marearse, digerir mal, sangra la nariz, sangran los
oídos, duelen las piernas, sueños locos…
Pateó [Mayor alegría]
Calambres, calambres, calambres… No caminar bien… ¡Pun!
Caída. No pasó a mayores.
Acidez, diarrea, estreñimiento, no poder dormir completo, no
respirar bien… Las “pataditas” duelen…
Debilidad, cansancio, anemia… ¡Pun! Emergencias, hierro
endovenoso, reposo absoluto…
Creo que me quedo corta de síntomas, ya llegamos a la semana
36 y ahora es que estoy llorando hasta porque lloro. Hace tres semanas murió mi
papá-abuelo. Sentí que moría. Sentí un dolor inmenso, incomparable, lloré pero
no lloré todo lo que siempre pensé que lloraría y lo hice porque la bebé no
parecía sentirse bien o trataba de alegrarme con sus pataditas porque se movía
y se movía… Una vez más, ella transformaba lo peor en lo mejor. Todavía no
entiendo cómo pueden decir que “el embarazo es la mejor experiencia de la vida”…
No lo creo… Es un desgaste físico y emocional grandísimo, eso sin contar el
económico. No logro entender la gente que lo busca con propósitos viles… Creo
que sin amor no se puede sobrevivir a esto. En este momento estamos en riesgo
otra vez, la bebé debe esperar al menos tres semanas para nacer y en ese tiempo
yo debo subir mis valores hematológicos a valores normales para que todo salga
bien para las dos.
Para mí, lo mejor de la vida no es el embarazo sino la vida
nueva y como siempre pasa con las mejores cosas, se pasa trabajo por ellas. Dios
nos siga acompañando en este camino a conocer cara a cara a la vida.