La bebé nació exactamente un
año después de la última vez que vi a mi papá-abuelo. Cumplidas las 39 semanas
tuvieron que hacerme una cesárea para evitar un riesgo mayor. De modo que
tuvimos que interrumpir la feliz estadía de la bebé en mi vientre para vernos
cara a cara sin más riesgo. La cesárea fue una experiencia traumática para mí,
no estaba preparada y creo que nadie lo está: la salud está deshumanizada y
pareciera que cuánto más cara la clínica más deshumanizado el proceso. Sin
embargo, todo eso valió la pena por ver el rostro más hermoso, rojito y
redondito que haya visto jamás. Y sí, la bebé llegó para transformarlo todo en alegría.
Ese día tuve la suerte de estar rodeada de mucha gente bella: mi familia y mis
amigos. Es una bendición que tu bebé sea tan bien recibida.
El primer día |
Las semanas siguientes tuve
a mi mamá a mi lado, eso fue lo mejor de la vida, me alimentó muy bien y me dio
mucha fortaleza. Es que tener a un recién nacido y estar recién operada no es
nada fácil ni agradable. Y sí, cuando tienes un hijo aprendes a amar aún más a
tu mamá. También Dios me bendijo con la ayuda de mi hermana, que trataba a la
bebé con un amor maternal hermoso. En fin, en las primeras semanas, la bebé y
yo estuvimos rodeadas de mucho amor de mi mamá, de mi hermana, de mi hermano
aunque no se notara mucho, y especialmente de Edgardo, que está disfrutando
tanto como yo esta alegría.
Mi hermana y mi mamá |
Lo siguiente fue vestirla
bonita y salir y ¿A quién se parece? –A Alejandro Sanz. –Al amor… ¿Se porta
bien? –Mejor que tú… ¿Te deja dormir? –Toda la noche. ¿Es tranquila? –Claro… ¿Come
bien? –Sí, mírale las piernotas ¿Y ya toma tetero? -No y mejor que no, qué flojera.
Y sí, la vida te cambia. Mi
vida sigue siendo aburrida y mis actividades las mismas peeero ahora me
dedico a leer sobre crianza y alimentación y a hacer cintillos. Esas son ahora
mis líneas de investigación.
Los meses han pasado volando
tal como pasa el tiempo siempre que uno es feliz. Ese rostro que siempre quiero
admirar ya me sonríe, ya me lanza besos y ya me dice:
Ma – má