En América Latina, la del Sur, la
hispanófona, como la quieras llamar…
toda la sociedad te mira desde la pubertad como si tú fueras Eva. O mejor
dicho, la última Eva, la que nos va a salvar de la extinción. Cuando llegas a
los 25 años sin que nadie te haya metido un gol ya eres sospechosa.
Tu mamá, tus tías, tus primas,
tus hermanas, tus amigas, tus compañeras de trabajo, hasta la ascensorista te
pregunta, con mayor frecuencia cuanto más te acercas a los 30, cuándo vas a
traer al mundo una pequeña réplica tuya ¡El último de la estirpe! Es que parece
que fuera así, que la humanidad depende tu fertilidad y de la carita bonita del
muchachito o muchachita.
¿Que si tienes novio? ¡¿Ah?!
¡Seguro que lo tienes escondío! ¿Que si tu novio te insulta o te pega? Eso no
importa, los muchachitos le deben salir bonitos. ¿Qué si han terminado esa
relación más veces que las que salen al cine? ¡Qué exigente eres! ¿Qué no tienes
casa? Tu mamá, tu tía y tu abuela, zutanejita y su hermana tampoco. ¿Que te quieres
casar primero? Ah, bueno, pero casarse es facilito, un papelito. ¿Que te quieres
graduar? Un muchachito bello y deseado no necesita tantas cosas.
Nadie se pregunta tampoco si
odias a los niños, ni si eres enfermiza o floja. Todas quieren verte como mamá.
Y aunque a veces creo que es una venganza de tu madre por haber nacido, para mi
sorpresa es más frecuente que las nulíparas te manden a parir. Sí señores, esas
niñas más jóvenes que tú te andan diciendo que tengas tú un bebé.
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Eve after the Fall - Alexandre Cabanel |
En su momento le respondí a más
de una ¿Por qué no lo pares tú?, ¿Tú me lo vas a cuidar mientras trabajo?, ¿Tú
me lo vas a mantener? Es verdad que he caído antipática pero… Es verdad, ya yo
lo venía observando y lo termino de entender ahora. Nadie está dispuesto a
hacer mucho por el último de la estirpe. Llega el día en que el bebé deja de
ser una emoción. Y ese día puede ser el día que vuelves a casa después de
parirlo. Para unas es más, para otras es menos. Y estás ahí, con tu vida que ya
estaba full de cosas que hacer y ahora tienes que cubrir, con la ayuda del amor
de tu vida en el mejor de los casos, tooodas las necesidades de la vida de un
nuevo ser.
Entonces, aquel objeto del deseo
de los demás, aquello que se creía iba a ser lo más atractivo del mundo para tu
mamá, tus tías, tus primas, tus hermanas, tus amigas, tus compañeras de
trabajo, la ascensorista ahora te aleja de todas ellas. Nunca nadie tuvo tiempo
para nada pero cuando tienes un bebé nadie tiene tiempo ni para quejarse
contigo de que no tiene tiempo. Casi ninguna (por no decir ninguna) te podrá
echar una mano, ese día, ese uniquísimo día que necesitas una panita que te vea
el bebé por una hora y media.
Se preguntarán si escribo esto
para pedir amor, atención… Pues sí. Lo más probable es que sí pero sobre todo
quisiera que dejáramos esa mala maña de decirle a la gente que hacer con su
vida, con sus nacionalidades, con sus órganos sexuales, con sus estudios…
Seguro yo misma alguna vez le dije a alguien que tuviera un hijo. Perdón. Ser
madre es una experiencia maravillosa y es más feliz cuando el deseo de serlo
nace de una, de su alma.