—Quiero teta.
—¿Servilleta?
—No, teta.
—¿Pandereta?
—No. Te-ta.
—¿Pantaleeeetaaa?
—Teeee-taaa, mamá, teta.
—¿Bicicleta?
—Ciqueta… yo monto yo ciqueta e Mañiana.
—Sí, ciqueta e yindo, yo monto…
—¿Te gustan mucho las bicicletas, bebé?
—Sí, tuta ciqueta yo
—Uhmmm… Vas a tener que pedirle al Niño Jesús una bicicleta…
Tú sabes que el Niño Jesús es muy bueno…
—Sí… Tetú
—Bueno, el Niño Jesús es muy bueno y nos cuida y nos da
cosas buenas… Y es tan bueno que en su cumpleaños, que es en Navidad, él nos
hace regalos.
—Ajá
—¿Qué le vas a pedir tú al Niño Jesús?
—Más mamá.
—¿Cómo???
—Más túúú, más mamá…
Y me abrazó y yo todavía tengo la boca abierta. Todos los
niños siempre nos enseñan. Los hijos, sin embargo, nos dan las más grandes
enseñanzas en la cotidianidad. Hoy se cumplen dos años de que mi nena y yo nos
vimos a la cara por primera vez, de su primer llanto y su primer abrazo con
papá. Que bendición más grande nos ha dado el Niño Jesús.
¡Feliz 4 de noviembre a todos!
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